El Slam permite un acercamiento a la poesía y también un trabajo oral en producción y recepción. Permite abordar la escritura en un marco lúdico que favorece el reencuentro con el placer de escribir y de decir. Desde el punto de vista pedagógico propongo una alternativa que permite la escritura en todas sus formas, y reapropiarse de la Lengua. Permite hacer decir y descubrir la expresión oral, la escucha, y la apertura a los otros. Jugar con el sentido de las palabras en poesía es también jugar con el sonido. El fin no es ningún tipo de aprendizaje teórico sino la apropiación y experimentación de la propia lengua.
El SLAM es un espectáculo de poesía oral que se inicia en los Estados Unidos ligado a grupos que buscaban reivindicar sus derechos por medio del arte de la palabra (grupos de mujeres, afroamericanos, etc.), y que viene difundiéndose por varios países de América Latina y Europa, no solamente como un ámbito de expresión para poetas y artistas de la palabra, sino también como un modo de incentivar a los niños y jóvenes, en espacios educativos, a dirigirse a sus pares mediante su propia palabra, buscando el juego, la creatividad y la inteligencia en el uso del lenguaje que caracteriza a la poesía. El formato del Slam es el de un torneo, donde cada poeta tiene tres minutos para decir un poema de autoría propia; evaluados por el público –y generando de esta manera una interacción hablante-oyente inusitada en el ámbito tradicional de las lecturas poéticas –los poetas juegan a elegir un ganador, para exponerse al mes siguiente a un nuevo juego. Lejos de incentivar competencias indeseables, la experiencia en el Slam a lo largo del mundo muestra que no sólo los poetas generan lazos de complicidad entre sí incentivados por el ambiente lúdico, sino que aprenden unos de otros, y desarrollan sus poéticas en un diálogo con los oyentes, siempre fecundo.
Milena Paris hace parte de la red de asociaciones francofonas de «La Ligue Slam de France»
Desde el punto de vista pedagógico proponemos una alternativa que permite la escritura en todas sus formas, y reapropiarse de la Lengua. Permite hacer decir y descubrir la expresión oral, la escucha, y la apertura a los otros. Jugar con el sentido de las palabras en poesía es también jugar con el sonido. El fin no es ningún tipo de aprendizaje teórico sino la apropiación y experimentación de la propia lengua.